domingo, 25 de febrero de 2018

ARMADO DISTRITAL 2.019

"La política es el arte de mentir convincentemente". Tras una elección, todos, triunfadores y vencidos, dirán que “ahora es el tiempo de la gestión”, pero en realidad la prioridad absoluta de los políticos siempre será el armado para intentar ganar el próximo comicio. Que pasará acá, luego de la derrota del Movimiento Vecinal a manos de “Cambiemos” en las elecciones del año pasado, es la gran pregunta con vistas a 2.019; año en que se elegirá Intendente. Lo primero que debe tenerse presente es que hay que diferenciar muy bien a una elección legislativa de una ejecutiva. Cuando se votan Concejales los electorados optan por pasarle factura al gobierno municipal, pero cuando se elige al jefe comunal los votantes suelen ser más conservadores. A esto lo avalan los hechos: en 2.001 la elección legislativa en Tres Arroyos la ganó el peronismo, pero en el comicio ejecutivo de 2.003 se volvió a imponer el candidato del vecinalismo. Quienes serían los postulantes a la Intendencia en 2.019 es el siguiente gran interrogante. Por el Movimiento Vecinal el candidato a Intendente debería ser Carlos Sánchez. No solo porque la ley se lo permite, sino porque las circunstancias de su partido lo obligan. La elección pasada mostró que en el “vecinalismo sanchista” las segundas líneas no tienen caudal electoral propio; solo Sánchez puede dar combate en las urnas a un armado fuerte que se le ponga enfrente. Además, no hay que olvidar que encabezando una lista como postulante a Intendente Carlos Sánchez nunca perdió una elección. Y, teniendo en cuenta su carácter, lo esperable es que el jefe comunal quiera ganar su continuidad o terminarla, dando batalla en primera línea. En “Cambiemos” la lógica indica que el candidato a Intendente debería ser Matías Meo Guzmán; el presidente del Concejo Deliberante se ganó ese derecho por ser el cabeza de la lista triunfadora. Cómo tradicionalmente ocurre, en el peronismo estará la mayor parte de la “rosca política” para ver quien termina siendo el “ungido”, de qué forma, y quienes lo apoyan. En un intento de buscar la unidad para lograr ganar en 2.019 el PJ distrital creó el interbloque legislativo, en el que están las cuatro bancadas de Concejales. En mi opinión, una asociación demasiado temprana atento el desgaste, -sobre todo interno-, que habrá en el año y medio que falta para las elecciones ejecutivas. De hecho, ya hubo un acto de marcación territorial. Lo hizo Pablo Garate al abrir “la oficina de atención al vecino”. El Diputado Garate es el mejor negociador del peronismo local; lo probó cuando consiguió el acceso al Consejo Escolar (con Laura Aldalur) en la versión 2.011 de la unidad del PJ autóctono. Pablo Garate sabe que “las unidades peronistas siempre bajan desde las cúpulas dirigenciales, nunca suben desde los distritos”. Por eso esperará el momento negociador para mostrar sus cartas, basadas en su cintura política, sus logros como Diputado, la estructura propia y su candidato a Intendente: el edil Matías Fhurer. Además, el partido peronista tresarroyense tiene la impronta ideológica del filo kirchnerismo, y con justa razón aspirarán a tener su propio postulante a la intendencia. La Concejal Tatiana Lezcano podría ser la candidata partidaria, pero, sin dudas, aparecerán otros postulantes de otras vertientes, como “La Cámpora” u otras. Si es así habrá internas, y las secuelas del resultado de esa puja son siempre las mismas: “los que pierden no acompañan”, por más que la frase diga lo contrario. El interbloque legislativo peronista hoy no es mucho más que una muestra de expresión de deseos. La existencia o no de unidad real recién se comprobará a mediados del año que viene, cuando se inscriban las listas para las PASO. Sí el interbloque peronista puede causar ya una víctima política: Julio “Pity” Federico. En la elección del año pasado “Pity” fue el peronista mejor posicionado, un apoyo electoral que se ganó trabajando en la calle. Pero si Federico quiere ser candidato a Intendente debe formar “su” unibloque. Con su propia estructura podrá seguir creciendo en base a sus logros de trabajo y, sobre todo, tendrá la posibilidad de negociar personalmente su destino; lo irán a buscar. Pero si Julio Federico se queda dónde está, en un bloque de Concejales que ni siquiera preside y con un jefe político que lo resiste, otros usarán su llegada con la gente y lo dejarán en un segundo o tercer plano al momento de elegir la postulación a jefe comunal. "Pity" tiene que decidir ahora sobre su futuro político. O se independiza creando el ámbito que le permita concretar su sueño, o se queda donde está resignándose a que las negociaciones que otros protagonizarán lo lleven a su desaparición política. Hasta la próxima. Marcelo Mouhapé Furné.

domingo, 18 de febrero de 2018

DE ALBERDI A ZAFFARONI

“De juez de poca conciencia, no esperes justa sentencia.” Es un refrán español que le cabe perfecto a Eugenio Zaffaroni, ex integrante de la Corte Suprema de Justicia de la Nación y actual magistrado de la Corte Interamericana de Derechos Humanos. En declaraciones periodísticas recientes, Zaffaroni afirmó que “desea que el gobierno de Macri termine lo antes posible”. Que cualquiera diga públicamente que quiere que el presidente electo concluya su gestión antes de lo que marca la ley, puede mostrar una ignorancia constitucional o un desprecio a la institucionalidad; pero en el caso de Zaffaroni eso se agrava por el hecho de que lo expresa alguien que integró la última instancia que el poder judicial brinda a la población para asegurar la resolución justa de los conflictos. Al desear que Macri se vaya antes de la presidencia, Zaffaroni atenta contra lo expresado por la Constitución Nacional, la ley Madre. Por esas cosas extrañas que ocurren en Argentina, donde al escarbar surge que unos pocos han estado involucrados en todo, al negar la letra de la Constitución Zaffaroni cuestiona su propio trabajo como convencional constituyente en la reforma de la carta magna en 1.994. Una modificación constitucional disfrazada de variadas cuestiones para ocultar el fin real que era el de permitir la reelección del entonces presidente Carlos Menem, acordado en 1.993 entre él y el radical Raúl Alfonsín en el llamado “Pacto de Olivos”. Entonces, cuando Zaffaroni afirma querer que se acorte el mandato del hoy presidente se cuestiona así mismo, ya que él formo parte de la reforma constitucional que permite la prolongación del mandato presidencial a través de la reelección. A Zaffaroni se lo tilda de garantista; es decir, de ser mucho más proclive a proteger los derechos de los victimarios que el de las víctimas. La prensa publicó declaraciones de él, y, sobre todo, hay fallos del ex juez de la Corte Suprema que confirman eso. En 2011 una organización no gubernamental denunció que en departamentos alquilados por Zaffaroni se ejercía la prostitución, lo que el entonces integrante de la Corte admitió “como posible” en declaraciones periodísticas. En su gestión, a Mauricio Macri se le podrán criticar muchas cosas, y, además, ya se ve la necesidad de que el presidente marque diferencia con el gobierno anterior dejando de proteger a funcionarios que quedan expuestos en situaciones contrarias a la ética, pero en Democracia de ninguna manera se puede aceptar que un ex integrante de la Corte Suprema de Justicia manifieste públicamente su deseo de que un presidente electo se vaya antes. Una buena forma de comprobar si con el paso del tiempo un país evolucionó o involucionó es comparar a personajes y que la gente saque sus conclusiones sobre si la virtud sustituyó al vicio, o al revés. Juan Bautista Alberdi fue el autor intelectual de la Constitución Nacional en 1.853; Eugenio Zaffaroni fue juez de la Corte Suprema de la Nación desde 2.003 a 2.014. Hasta la próxima. Marcelo Mouhapé Furné

domingo, 11 de febrero de 2018

SINDICALISTAS RICOS, SINDICALIZADOS POBRES

Desde que la Justicia inició su avance contra la presunta corrupción en el sector gremial, varios pesos pesados del sindicalismo terminaron presos. En esta situación hay líderes jurisdiccionales, como el caso de los jefes de la UOCRA en La Plata y Bahía Blanca, y titulares máximos de gremios, como el caso de Obreros Marítimos y SOEME. Ahora el apuntado por el poder judicial es el propio Hugo Moyano, uno de los pesos extra pesados del sindicalismo en nuestro país en los últimos 25 años. Para intentar contraatacar al avance de la Justicia, los Moyano movilizaron a su sindicato de camioneros el 21 de febrero en una marcha contra el gobierno nacional. Habrá algunos argumentos de realidad en el reclamo por la caída del poder adquisitivo de los trabajadores por los tarifazos seriales y los aumentos inferiores a la inflación, pero a nadie que está medianamente informado se le escapa que la marcha de la próxima semana es un intento de mostrar poder de movilización como factor de presión para frenar a una justicia que avanza en investigaciones basándose en gran medida por datos del estado, ya sean de AFIP o de la Unidad de Información Financiera, conocida como UIF. Será la Justicia la que deberá hallar pruebas de delitos y condenar por ellos, pero es demasiado evidente que hay enriquecimientos que superan cualquier posibilidad lógica de ser explicados en el marco de la legalidad. Remarcando que debe haber excepciones que confirman la regla, Argentina es un país con jefes sindicales "nacionales" ricos y con sus representados, -empleados sindicalizados-, cada vez más pobres. Es incompatible ser gremialista al mismo tiempo que empresario. Cuando se llega a ser lo segundo se debe dejar de ser lo primero, porque la conveniencia sustituyó a la convicción. Mientras el poder judicial acciona contra los “popes” sindicales, el gobierno nacional busca aprovechar el momento de debilidad gremial para cerrar paritarias bajas. Se insiste con ofrecer una suba salarial de solo el 15 %, y sin clausula gatillo de compensación por la diferencia de eso con la inflación real. Si ocurre esto, teniendo en cuenta el aumento del costo de vida real, impulsado mes a mes por los tarifazos y por la suba de combustibles repetida en un mercado desregulado, -un autocontrol descontrolado-, tendremos que en 2018 los asalariados habrán perdido otro 10 % de poder de compra. Entonces habrá más caída de consumo y eso provocará el cierre masivo de comercios de rubros que siempre quedan relegados ante la lógica prioridad de la alimentación. Hace un mes, -en la editorial “Inflación Recaudatoria”-, me aventuré a pronosticar un 2018 tan recesivo como 2016, y todos los datos económicos producidos en los últimos 30 días confirman ese pronóstico. Los Argentinos queremos una nación con sindicalistas y políticos honestos, pero también con un mercado interno activo y del que participen todos como consumidores; con habitantes con el poder adquisitivo necesario para mejorar su calidad de vida, moviendo así la economía. Equilibrar es difícil, pero necesario; desequilibrar es tan injusto como imprevisible. Hasta la próxima. Marcelo Mouhapé Furné.

domingo, 4 de febrero de 2018

AJUSTE GESTUAL

El ajuste en el estado que anunció el presidente Macri es el gesto del Ejecutivo esperado, aunque debió ser lo primero en hacer antes de bajarle el sueldo a los jubilados. Pero más vale tarde que nunca. Recortar un 25 % de cargos, eliminar el nepotismo y congelar por un año los sueldos, es un mensaje de austeridad propia de un gobierno que al sincerar la economía sin consideración social ajustó demasiado la forma de vivir de los Argentinos. La administración central informó que deben cesar en sus cargos 994 funcionarios. Esto muestra que había demasiados familiares en la gestión Macri. Un pretexto entendible es el hecho de que en 2015 “Cambiemos” se encontró con que debía hacerse cargo de los dos ejecutivos mayores: el nacional y el bonaerense y ahí recurrieron a los parientes. Un dato interesante que aflora de esto es que el “macrismo” prefirió nombrar a familiares antes que cubrir esos cargos con dirigentes radicales. Más allá de las consideraciones políticas, está bien que el presidente Macri haya empezado a actuar contra el principal cáncer de las administraciones estatales: el de favorecer a familiares y amigos con favores que paga el pueblo. Ahora habrá que ver quien lo imita. Alguna vez tenía que empezar la depuración de ñoquis en los gobiernos de nuestro país. Siempre existieron los acomodados. Mayormente, cuando cambiaba el color político del gobierno los nombrados a dedo eran reemplazados por otros de su misma condición, aunque hay casos en donde siguen y se suman los nuevos; esas son las administraciones con estratificación de “ñoquis”. No estuvo bien que en la gestión Macri nombraran familiares y estuvo peor que continuarán, pero hay que reconocer que ninguno de ellos tiene un cargo que afecte la institucionalidad; como si pasó en el gobierno anterior, cuando se designó a la esposa de De Vido como segunda de la SIGEN, organismo que debe controlar los actos de gobierno. A un ministro, -hoy detenido por corrupción-, lo controlaba en la gestión su mujer. Si hay un ejemplo de nepotismo estatal con consecuencias institucionales, es este. Volviendo a lo de Macri, el gesto del ajuste propio es bueno, pero no lo exime al presidente del gran error que cometió al confirmar a Triaca en el cargo. Cómo queda el gobierno ante la violencia de género si mantiene en su puesto a un hombre que se conoce públicamente que maltrató a una mujer ? Y con que autoridad la administración nacional exigirá a los empresarios registrar personal, cuando, según datos del ANSES, el Ministro de Trabajo tuvo tres años en negro, y cuando la blanqueo no le hizo los aportes a una empleada? En cuanto a los políticos en el gobierno, los romanos decían: “no basta con ser honesto. También hay que parecer serlo”. Hasta la próxima. Marcelo Mouhapé Furné.