lunes, 18 de marzo de 2019

LA ESCALERA Y EL ASCENSOR

La inflación del pasado mes de febrero fue del 3,8 %. En los últimos doce meses el acumulativo de aumento del costo de vida alcanzó el 51,3 %. El dato interanual que informó el INDEC es la tasa más alta desde el año 1991. Por tercer año consecutivo el gobierno fallará en calcular la inflación anual. Para 2017 estimó una suba del costo de vida del 17 %, y le erró por un 50 % ya que la inflación llegó al 35 %. El año pasado la administración Macri superó por mucho su papelón anterior al equivocarse por más de un 200 % en el pronóstico inflacionario: primero el Banco Central lo calculó en un 12 %, y pocos días después el Ministro de Economía lo elevó al 15,7 %; igualmente insuficiente ya que en 2018 la inflación fue del 47,6%. Para este año la gestión macrista proyectó una inflación del 23 %. Entre enero y febrero acumulamos una suba del costo de vida de casi el 7 %, lo que muestra que ya en el primer bimestre del año el gobierno la pifió en un 80 % en su pronóstico inflacionario. En la campaña presidencial de 2015, Mauricio Macri afirmó: "la inflación no será un problema en mi gobierno". La realidad muestra todo lo contrario. Lo que ocurre con el incremento desenfrenado del costo de vida no solo visibiliza un administración gubernamental incompetente, también exuda vicios nacionales históricos, como la especulación. No todo es culpa de un gobierno que se equivoca demasiado; también están los que siempre buscan mantener rentabilidades muy altas a expensas de la gente. Son los formadores de precios, quienes, por su avaricia, suelen deformar al mercado demandante del que viven. Sobre ellos este gobierno no ejerce control, y eso es un error. Cuando la conciencia social de algunos pocos no impera, tiene que haber una intervención estatal. El problema se agrava cuando el gobierno se desentiende de su rol limitante de excesos y, encima, aplica medidas de insensibilidad social. Siendo justos, la inflación que hoy nos agobia es un mal que hace casi quince años comenzó tenuemente y fue creciendo. En los primeros años no se notó tanto porque el kirchnerismo empardó el incremento inflacionario con subsidios para evitar tarifazos e importantes subas salariales. Esa paridad empezó a perderse en el último gobierno K, que es cuando a los asalariados les empezó a rendir menos los haberes; algo que con Macri se agravó notablemente a partir de tarifazos seriales sin atenuación y aumentos salariales, -salvo excepciones puntuales-, muy por debajo del incremento real de la inflación anual. Ahora, si la gente ya no tiene plata para comprar y se cae la demanda, por qué todo sigue aumentando ? Porque deben trasladarse a los precios el sostenido aumento de los costos de producción y fletes; donde el descomunal encarecimiento de los servicios y del combustible es clave. Hoy la inflación no es por una demanda que supera a la oferta, sino por la suba constante de costos. Los guarismos son fríos, y por si solos no grafican la tragedia social que representa el irracional aumento del costo de vida que hubo en los últimos tres años. Su consecuencia directa es el aumento de la pobreza, pero eso también está encapsulado en números, y, si no nos toca directamente o no nos roza a cierta distancia pasa desapercibida por la mayoría de quienes no la padecen. La inflación es un mal que lo sufre la población pero que hace que el gobierne aumente su recaudación. Por el IVA el consumo representa ingresos constantes al estado nacional. Pero la caótica situación económica paro eso también, puesto que desde el año pasado no solo se frenaron los récords mensuales de recaudación sino que los ingresos del estado central pasaron a subir menos que la inflación. Este dato si le preocupa al gobierno nacional, y eso, sumado a las urgencias de un año electoral ejecutivo, supone que algo harán. Aunque, igualmente no debería esperarse que lo que hagan sea mucho más efectivo que los maquillajes aplicados hasta ahora. Lo que cuestan las cosas sube por un ascensor, mientras el poder de compra de los Argentinos lo hace por una escalera. Así es imposible que un país para todos funcione. Hasta la próxima. Marcelo Mouhapé Furné.

No hay comentarios: