domingo, 24 de junio de 2018

SINDICALISMO EMERGENTE

La semana pasada el gobierno nacional tuvo una buena noticia cuando la entidad financiera estadounidense “Morgan Stanley” elevó la calificación de mercado de frontera a economía emergente a nuestro país. Es una muestra pública de confianza de los que manejan la economía mundial al gobierno Argentino. Un galardón de macro economía que llega gracias a que el Fondo Monetario aceptó el pedido de asistencia financiera que hizo la administración Macri. Lo importante para el país es en que puede mejorar para la población este rótulo que ya tuvimos y que perdimos en 2009. Los entendidos afirman que una “economía emergente” atrae inversores. Lo necesario es que sean inversiones a instalarse, que generen empleo y gasten y tributen acá; no que sean fondos buitres cuya permanencia en el país se limita al tiempo donde más dividendos sacan para retirarse de golpe, como ya pasó. Los especialistas hablan de que ahora, al ser una economía emergente, los bancos de mayor peso internacional van a fondear más dólares en sus sucursales de Argentina; algo que por el encaje le servirá al Banco Central. Ojalá que esta jerarquización que el mundo de los negocios hace a la decisión del gobierno de volver al FMI sirva para que se den condiciones que se traduzcan en mejorar la situación de vida a una población complicada por el ajuste. Todos deseamos eso, haciendo la salvedad de que no siempre el deseo se concreta, o tarda demasiado en lograrse. El que también emerge es el sindicalismo de la CGT, que hoy será protagonista por el paro nacional que convocó. Por su inacción, hasta acá la Confederación General del Trabajo fue aliada del presidente Macri; y ahora tuvo que salir a enfrentar al gobierno para evitar la rebelión de sus bases ante una dirigencia sindical que no los defendía, y veía como las CTA ocupaban su lugar en el reclamo. Pero más allá del paro de hoy, cuyo grado de adhesión dará tela para cortar esta semana, días atrás hubo dos hechos relacionados a las paritarias que al gobierno lo complican. El primero fue un fallo judicial que obliga a la gobernadora Vidal a aplicar la cláusula gatillo de 2017 para actualizar las subas salariales de los docentes de este año equiparándolas con la inflación. Esta resolución regirá hasta que se logre el acuerdo de aumento anual entre las partes: el estado bonaerense y los sindicatos. La gobernadora Vidal logró congelar la paritaria docente y eso le permitió un ahorro importante en sueldos. Pero la Justicia, que es el poder normalizador, la obliga a reabrir la paritaria y llegar a un acuerdo mientras se les paga a los docentes los que les correspondía cobrar si se hubiera alcanzado el acuerdo salarial paritario. El otro hecho sindical importante lo logró Hugo Moyano al conseguir para los camioneros un aumento del 25 %. Esto hizo levantar el paro que iba a realizar su gremio hoy, aunque adhieren al de la CGT; pero el porcentual de suba logrado por el hoy enemigo acérrimo de Macri le complica todo el esquema salarial a un gobierno que necesita profundizar el ajuste a partir del salvataje del Fondo Monetario. De hecho, la administración Macri precisa subas salariales menores a un 15 %, -esto se vio en febrero pasado con el aumento de solo el 12 % que el gremio estatal acordó con el gobierno porteño-; pero la suba salarial para camioneros determinará que todos los sindicatos pidan ese incremento de haberes, algo lógico teniendo en cuenta que la inflación real de este año tendrá como piso un 25 % y un techo de un 30 %. El gobierno nacional, -cuyo deseo evidente es el de eliminar las paritarias-, ahora enfrentará el muy conflictivo escenario social del pedido de reapertura de ese acuerdo de partes para compensar la pérdida del poder adquisitivo ante una inflación que se mantiene muy alta. Se viene un segundo semestre muy caliente; y, por una cuestión estacional, es obvio que no me refiero a la temperatura climática. Hasta la próxima. Marcelo N. Mouhapé Furné.

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