domingo, 19 de agosto de 2018

TIJERETAZO A DISCRECION

Hace exactamente un mes, -en la editorial titulada “Tipo de Corte”-, hablamos del ajuste que se vendría para 2019, y mencionamos que las municipalidades terminarían siendo las más perjudicadas de un achique tipo dominó, que comienza en el gobierno nacional y termina en el de las comunas pasando por las provincias. Pero cuando todavía falta más de un cuatrimestre para terminar el año ya se vio el primer tijeretazo: al eliminar la Nación el fondo solidario de la soja. El anuncio fue coincidente con la llegada al país de la misión del FMI que vino para auditar las cuentas del estado. Ese fondo fue creado por decreto presidencial durante el gobierno anterior (19 de marzo de 2009) y el objetivo era reforzar la inversión en infraestructura en provincias y municipios. Para eso se destinaba a este fondo el 30 % de lo que la administración central recauda por derechos de exportación de los granos de soja y el 27 % de harinas y aceites de esa misma oleaginosa. La decisión del gobierno nacional de eliminar el fondo solidario de la soja implica que los gobiernos provinciales y municipales perderán unos mil millones de dólares para hacer obras. En el caso de Tres Arroyos, nuestro municipio dejará de recibir $ 10 millones. En los nueve años transcurridos desde su aplicación, la municipalidad local invirtió ese dinero para llevar a cabo obras de servicios en barrios y arreglar o crear espacios públicos. Tuvo el fin social que se buscaba. No es un dato menor el hecho de que por la producción de soja Tres Arroyos aporte casi $ 800 millones en impuestos, y ya ni siquiera se dispondrá de los $ 10 millones que retornaban para mejorar la calidad de vida de la población. Este chaparrón fuerte anuncia un diluvio por venir: el del recorte discrecional de fondos para 2019. De los $ 100 mil millones del ajuste que deben hacer las Provincias, un tercio de eso lo tendrá que hacer la de Buenos Aires. Y ante eso ya deberían estar sonando las alarmas en las comunas, porque es más que obvio que la coparticipación provincial sufrirá una gran poda. Los fondos coparticipables representan mucho en los presupuestos municipales, y una caída interanual importante del volumen de esas remesas, luego de un año con una inflación real superior al 30 %, pondría las cuentas en rojo hasta del municipio mejor administrado. En la provincia de Buenos Aires debería haber ya una movida de ejecutivos municipales y legislativos, -tanto de concejales como de legisladores provinciales-, de los 135 municipios para forzar al gobierno provincial y a los diputados y senadores nacionales por nuestro territorio que tengan consideración al elaborar el presupuesto 2019, el que tendrá la impronta del ajuste masivo exigido por el FMI. La discusión sobre esto recién empieza, pero debe haber un protagonismo presencial para evitar que los grifos se cierren como pretenden cerrarlos. Hasta la próxima. Marcelo N. Mouhapé Furné.

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