lunes, 1 de octubre de 2018

EL CERO COMO META INALCANZABLE

Los datos sobre pobreza que dio a conocer el INDEC muestran que la crisis social de Argentina se agrava: 27,3 % de pobreza y 4,9 % de indigencia totalizan un 32,2 % de personas con las necesidades básicas insatisfechas. El organismo oficial estadístico muestra credibilidad, porque sus números son coincidentes con los de la Universidad Católica Argentina que al 30 de junio situaba al conjunto de pobres e indigentes en el 33 %. Claro que para ambos casos falta algo importante y que surgirá en la próxima actualización de los índices de la problemática: es la megadevaluación del mes pasado, la que, seguramente, habrá agravado en algunos puntos más la caótica situación social de millones de connacionales. En comparación interanual al cierre del primer semestre, en un año la pobreza e indigencia aumentó un 6,5 %; y podría llegar a un 10 % por el efecto del último gran aumento del dólar que actúa como otro factor multiplicador de la suba de inflación. Que uno de cada tres Argentinos tenga sus necesidades básicas insatisfechas en un territorio que produce alimentos para diez veces su población es vergonzoso. La principal culpa es de política-institucional, y está estratificada en el actual gobierno y en todos los anteriores. Nadie resolvió este problema; todos lo agravaron con políticas que aumentaron el número de pobres o lo ocultaron en asistencialismos masivos. El gobierno de Macri prometió pobreza cero y eso es imposible. Se puede entender como gancho de campaña, pero no se lo puede seguir usando cuando se gobierna aplicándose medidas que generan más pobreza. En su entorno, alguien debería aconsejar al presidente a no afirmar "nuestra meta seguirá siendo reducir la pobreza", media hora después que el INDEC informó que cada vez hay más pobres. Pero más allá de los errores en la estrategia de comunicación oficial, lo que más preocupa es que se hace a partir de ahora para no agravar la pobreza y la indigencia e ir resolviendo los problemas existenciales al tercio de la población que la padece. El pueblo sufre la coyuntura, también creada por la dirigencia gobernante, -la actual y la anterior-, pero la solución que se busca a eso es mejorar los datos macro económicos, y para eso la única receta que aparece es el ajuste estatal centrado en masivos despidos. Cómo siempre, la política sigue estando ausente del ajuste: ellos generan las crisis y después hacen que las pague la población: la historia que se repite siempre en la Argentina circular. Es urgente y necesario un acuerdo general para soportar socialmente lo que se vendrá en 2019. Hasta la próxima. Marcelo N. Mouhapé Furné.

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