lunes, 3 de diciembre de 2018

PARTICIPAR Y PERTENECER

El G20 es un grupo de 19 países que concentran dos tercios de la población mundial y generan el 85 % del producto bruto mundial. Es por eso que definen el rumbo de la economía global. Se van sumando países en el lugar número 20, y las sedes de los encuentros se alternan: una vez se hace en un país industrializado y la siguiente en uno emergente. En este último caso esta vez le tocó organizar la cumbre a la Argentina. Geopolítica y geocomercialmente, la realidad es que lo resolutivo del G20 se reduce a un G3 que conforman Estados Unidos, China y Rusia. De hecho, lo más importante del evento en Buenos Aires eran las reuniones bilaterales que sostendrían el presidente de EEUU con sus pares de China y Rusia. Trump canceló la que se había programado con Putín y concretó el encuentro con el líder de China, oportunidad en donde se comprometieron a establecer una tregua en la guerra comercial que sus naciones mantienen. Algo que, obviamente, tendrá impacto en el resto del planeta. Del cambio climático poco se dijo y nada se resolvió. Ese aspecto de la agenda de la cumbre fue un fracaso, y las consecuencias de no parar la pelota en la contaminación ambiental la pagarán las próximas generaciones. La demanda sobre esto a nosotros vendrá del futuro. El presidente Macri tuvo un fin de semana casi idílico, porque que los más poderosos vengan es, innegablemente, un respaldo a su política de insertarse en el concierto de las naciones determinantes. Claro que para pertenecer realmente a esa élite nos falta muchísimo. Hubo mucho de protocolar, pero lo trascendente para Argentina fueron los acuerdos firmados entre Macri y el presidente de China, un país que desde hace tiempo es muy importante en el ingreso de divisas por la adquisición de comoditties, sobre todo soja, pero que también invierte en nuestro país en variados rubros, entre ellos el estratégico energético; e incluso tiene presencia militar a través de una base de comunicaciones en Neuquén. La reunión de Macri con Trump también destacó, aunque la noticia fue antes de esta cumbre al reanudarse las exportaciones cárnicas a EEUU tras 17 años. Con ellos resta resolver lo de las restricciones arancelarias al biodiesel. Pero más allá de las reuniones que nuestro presidente tuvo con sus pares y los acuerdos de intercambio que se logren, que tienen su importancia, lo que debe leerse es que los mandatarios de los países que dominan el mundo ven a la Argentina como un par. No hay monstruos que nos juegan en contra desde afuera; los monstruos que suelen frenar nuestro avance residen dentro nuestro, y a veces ganan. Hay que ser lógicos, salir en la foto de los presidentes del G20 no nos hace un país del primer mundo. Eso es importante entenderlo, porque para arribar a un lugar deseado primero hay que entender donde se está para ver que hay que hacer para llegar a ese destino. Para pertenecer realmente al concierto de países que gozan de un creciente bienestar hay mucho por hacer, tanto por parte del gobierno y de otras instituciones claves, como por parte de la población. El hecho de que tengan que sacar un partido de fútbol del país porque la confrontación violenta prima más que la tolerancia racional nos define bastante como sociedad. Hay que frenar nuestra involución cultural y volver a ser aquel país modelo social en Latinoamerica, basado en una formación familiar nutrida en valores. Lograr eso es un compromiso que debe asumir y poner en práctica cada habitante de nuestro país. Necesitamos una justicia independiente en serio, que mande presos también a los poderosos que roban. En el fortalecimiento cívico de una nación no cabe un accionar judicial que no detiene pudiendo hacerlo o acelera procesamientos en base a necesidades electorales. También precisamos un cambio político en serio, con hechos concretos no de la boca para afuera. No podemos seguir tolerando a políticos que desdoblan elecciones duplicando gastos por el "chiquitaje" de ver si se saca un voto más. En la parte que le toca al gobierno, Macri y los suyos tendrán que entender que los países que mejor están son los que le dan valor agregado a su materia prima, porque eso genera trabajo, y a partir de allí mucho de la inestabilidad social se encausa. Ninguna nación exitosa destruye su mercado interno. En Argentina en eso vamos para atrás, ya que la inflación descontrolada y los tarifazos seriales han hecho perder un enorme poder adquisitivo a la población provocando una caída abrupta del consumo, cuya consecuencia es desempleo creciente por el cierre de comercios, pymes de servicios e industrias. Y el gobierno también debería entender que cierto proteccionismo no es malo porque defiende la producción y el trabajo nacional. Argentina es un país tocado por la mano de Dios; tenemos vastísimas extensiones de tierra fértil que producen variados alimentos de alta calidad proteica. Contamos con una línea costera de más de 4.700 kilómetros, lo que permite disponer de una plataforma marítima inmensa con una riqueza ictIcola muy abundante. Contamos con todos los climas y paisajes muy variados, ideales para ofrecer todo tipo de turismo interno y externo. Y así podríamos estar un largo rato enumerando las riquezas de nuestro territorio. Seguramente muchos de los presidentes de los países más poderosos que nos visitaron para el G20 admiran el potencial de recursos que hay acá, y dirán para si: "que mejor país tendría, si tuviera todo lo que tiene Argentina". Nosotros tenemos lo que muchos otros en el mundo desean. Empecemos a ponernos de acuerdo para aprovechar lo que Dios nos dio, y así lograr vivir mejor. Hasta la próxima. Marcelo N. Mouhapé Furné.

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