lunes, 14 de enero de 2019

MOTIVOS DE CAMPAÑA

Argentina es un país donde ocurren cosas extrañas. También en lo electoral. En los últimos treinta años hubo tres temas dominantes en la preocupación de la población: seguridad, economía y empleo. Pero nunca ninguno de ellos fue determinante a la hora de votar. Por ejemplo en 1995, el año donde la desocupación se disparó, Carlos Menem consiguió su segundo mandato presidencial con casi el 50 % de los votos. En 2.001 el ajuste del Fondo Monetario con directivas que firmaba un presidente llamado De La Rúa asolaba al país, y los votos inválidos (entre anulados y blancos) llegaron al 21 %. Se prefirió votar por nadie a castigar masivamente con el sufragio al administrador de turno cuando debía hacerse: en la elección de medio término. Hace dos años pasó lo mismo. No se aprovechó la ocasión del comicio legislativo para advertirle con un voto negativo al gobierno que el derrumbe de la economía sumía en la pobreza a muchos. Durante el kirchnerismo, sobre todo en los mandatos de Cristina (en especial en el segundo), la prensa ventiló muchas situaciones administrativas irregulares; pero no generaron el lógico voto castigo de la ciudadanía. Otra característica electoral nuestra, ya no de los votantes sino de los políticos, es tratar de copiar lo que pasa en otros países. Ahora el motivador es Brasil, donde un candidato con propuestas de extrema derecha, - Bolsonaro-, llegó a la presidencia con el "leiv motiv" de luchar contra la inseguridad con métodos represivos, incluido un permitido tácito del "gatillo fácil" policial. El gobierno de Macri no puede mostrar logros en la economía y tampoco en la generación de empleo, por eso apuesta a la lucha contra la inseguridad como motivo de campaña. Aunque solo hay un antecedente de cierta tracción de votos con el argumento de mano dura policial. -en la campaña a gobernador de Ruckauf en 1999-, puede que al macrismo le resulte usar este argumento proselitista. De ahí a que solo eso asegure la reelección presidencial, es otro cantar. La inseguridad preocupa a la gente, pero los que deben ocuparse de buscar resolverla siguen en deuda: la clase política Argentina hizo con esto lo que siempre hace: en vez de resolverla institucionalmente, la politizó y agravó el problema. No hubo nunca un saneamiento de los organismos de seguridad basado en los premios y castigos a buenos y malos, y tampoco aggiornamiento profesional ni equipamiento acorde al avance tecnológico utilizado por los delincuentes. La Justicia es otra cuestión a tratar; pero en este 2019, donde lo judicial tendrá incidencia política directa en la campaña, no habrá debate institucional sobre su rol ante el delito. Tras lo ocurrido en Brasil y en el año de las elecciones ejecutivas, el macrismo avanzó hacía el modelo Bolsonaro. Lo hizo reactivando ideas, como con el protocolo de uso de armas para fuerzas de seguridad, y con un proyecto de ley para bajar la edad de imputabilidad. Las formas de actuar de las fuerzas de seguridad y todo lo que hay institucionalmente antes de que la policía salga a la calle a cuidarnos, debería ser motivo de un debate legislativo amplio, a partir de propuestas del gobierno o propias, pero que en un tiempo prudencial terminen en la optimización real de la prestación del servicio. No hay que olvidarse de las muchas payasadas institucionales que la política hizo en esta materia: como la de pretender igualar la capacidad operativa del sistema policial estadounidense con el solo hecho de cambiar nombres: llamando Capitán al Comisario y Estación de Policía a la Comisaría. El tema de la baja de imputabilidad de los menores es otro debate que lleva décadas sin que se haga nada. Y en este aspecto se necesita definir una línea de acción, porque la realidad muestra que es obvio que los menores delinquen, -y en ocasiones matan-, porque saben que son legalmente inimputables; pero en muchos casos roban para mayores. Alguien se acuerda de un caso donde se hayan detenido a los adultos que usan a menores para robar ? Por motivos electorales la inseguridad cotidiana se debatirá este año. Esperemos que no se agote en la puesta en escena política-mediática. Como ciudadanos deberíamos exigir que el debate sea político-institucional y con resultados que lleven a que la población esté más segura. Hasta la próxima. Marcelo Mouhapé Furné.

No hay comentarios: