domingo, 27 de mayo de 2018

PRIORIDAD OLVIDADA

Hay algunas obras que son fundamentales para el desarrollo de una comunidad; pero el hecho de que no sean visibles las hace postergables: el gas es uno de esos casos. El 7 de Enero de 2012, -en nuestra editorial titulada “Avance Industrial”-, mientras elogiamos el constante crecimiento del predio fabril local alertamos que se iba hacia un cuello de botella, ya que el suministro de gas a la ciudad no alcanzaría para abastecer la gran demanda del servicio por la elevada tasa de crecimiento. Hace más de seis años remarcábamos que pronto ya no habría gas para las construcciones nuevas, sobre todo edificios con muchas bocas, y para radicaciones industriales si no se ampliaba el gasoducto abastecedor. La realidad del problema estalló un año después, cuando la empresa prestataria anunció que por la imposibilidad de dar suministro no podía habilitar el servicio de gas en nuevas obras. Ahí se chocó con la realidad de que el prestador privado no podía financiar la construcción del nuevo gasoducto. También nos dimos cuenta de que los impuestos para obras que pagábamos en la factura de gas, -uno cobrado desde hacía 38 años y el otro desde hacía 12-, más un recargo recientemente aplicado por el ENARGAS, de nada servían porque plata no había para hacer la obra que impediría que Tres Arroyos se quedara sin gas. La encrucijada se solucionó cuando el por entonces Diputado Nacional “Cuto” Moreno consiguió fondos de un presupuesto central anual que no contemplaba esta obra. Se hizo el gasoducto “bypass”, habilitado rápidamente. Pero antes de su construcción, -el 22 de julio de 2013, en nuestra nota de opinión titulada “Solución Temporal”-, hicimos otra advertencia, esta: “que atendiendo a la tasa de crecimiento de edificación urbana y de ampliación industrial de Tres Arroyos la capacidad de suministro del gasoducto ampliado se agotaría en 4 o 5 años. Y ante esa realidad, sería lógico gestionar una nueva ampliación pero de mucha mayor envergadura para solucionar el problema por varias décadas.” Hoy ya debemos estar en el límite de abastecimiento de gas a Tres Arroyos del gasoducto “bypass”, y en la actualidad sigue habiendo tantas construcciones nuevas, -incluidos edificios-, e interés industrial por radicarse acá. Es muy probable que en cualquier momento por la falta de gas vuelvan las restricciones para habilitar nuevas obras edilicias, o que se frustre la llegada de empresas foráneas, o que se traben ampliaciones de industrias ya radicadas en Tres Arroyos. Pese al aviso de un año antes, en 2013 la falta de gas tomó a nuestros representantes político institucionales por sorpresa. Entonces la crisis se resolvió providencialmente gracias a la intervención de alguien con poder. Habrá que ver si hoy existe quien tiene la varita y la galera para hacer magia; pero lo que no puede volver a ocurrir es que la falta de gas reaparezca de golpe como un fantasma, cuando hubo tiempo más que suficiente, -y aún lo hay-, de buscar la solución antes de que afecte el crecimiento de la vida urbana y productiva de Tres Arroyos. Hasta la próxima. Marcelo N. Mouhapé Furné.

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