domingo, 8 de julio de 2018

"RELATO" INFLACIONARIO

Ningún país funciona sin mercado interno. El bienestar general económico se expande a partir del derrame que genera un consumo sostenido. El año pasado auguramos un 2018 muy parecido al 2016 en cuanto a signos de recesión. No es un año electoral, por eso la obra pública estatal disminuye muchísimo, y un freno en la construcción es el que más repercusión causa. A esto se sumó la pretensión gubernamental de que los aumentos de sueldos sean bajos, y para eso creó el “relato” de fantasía sobre una inflación irreal. El Banco Central que dirigía Sturzenegger fijó para todo 2018 un 12 % de incremento inflacionario. Eso era tan insostenible que duró muy poco; semanas después el equipo económico tuvo que llevar la pauta sobre el aumento del costo de vida al 15 %, lo que tampoco sirvió porque la inflación real de este año será del 30 %. No hay que ser un Premio Nobel de Economía para darse cuenta de que la inflación de este año iba a ser el doble del aumento de sueldos pretendido por el gobierno. El mercado desregulado de los combustibles hace que haya incrementos todos los meses, y eso, por el transporte, eleva todos los precios. El impasse de dos meses que el gobierno les pidió a las petroleras para no subir los combustibles terminó como uno supuso que terminaría: cuando llegó la hora de remarcar aumentaron por los dos meses que no lo habían hecho más un plus de interés: entre un 9 y un 11 %. Tanto que YPF tuvo que subir sus precios dos veces en una semana para no quedar tan relegado de sus competidores. Los tarifazos de servicios seriales no terminaron con el alejamiento de Aranguren del Ministerio de Energía; volverán en octubre y en un porcentual tan alto como el de marzo y abril. Y encima se sumó la nueva devaluación del dólar que siempre se traduce en suba de precios. En la editorial del 24 de junio, -titulada “Sindicalismo Emergente”-, pronosticamos dos situaciones que se dieron. La primera fue que a partir del 25 % de aumento logrado por el sindicato de camioneros el resto de los gremios pedirían lo mismo. Con ese porcentual de incremento anual readecuó su paritaria Empleados de Comercio y casi lo mismo obtuvo el gremio de la Alimentación. Lo otro que observamos en esa editorial fue el fallo judicial que obligaba a la gobernación bonaerense a aplicar la cláusula gatillo para compensar la diferencia con la inflación real del año 2017, hasta que la Provincia y los sindicatos docentes acuerden la suba salarial de este año. Consideramos que esta resolución de la justicia reabriría la paritaria que la gobernadora congeló. En recientes declaraciones María Eugenia Vidal anunció que le hará una nueva oferta salarial a los maestros. Tener subas de haberes que se correspondan con la inflación real es lo que se necesita para mantener activa la economía; ahora, es inevitable preguntar: todos los empleadores podrán dar incrementos de sueldos de un 25 % ante un combo de suba de costos permanente por impuestazos, tarifazos de servicios y encarecimiento de materia prima o mercadería ? Ya sea en decisiones para aumentar, en omisión de controles, y, sobre todo, en carga tributaria, el gobierno incide en esos tres componentes encarecedores. Ante eso, el estado no debería hacer algo para aliviar el peso impositivo a los dadores de empleo ? La lógica dice que si. Hasta la próxima. Marcelo N. Mouhapé Furné.

No hay comentarios: